En busca de la felicidad: migrante nicaragüense se abre paso en la escena Drag Queen de Costa Rica

Luis Manuel, un joven nicaragüense de 32 años, migró de su país natal a Costa Rica junto a su familia desde temprana edad. Fue su abuela materna, como cabeza de hogar, quien tomó esa decisión, buscando ofrecer una mejor calidad de vida para sus seres queridos. Han pasado 26 años desde que Luis llegó a Costa Rica, la cual considera su hogar.

Costa Rica, a lo largo de su historia, ha sido reconocida como un destino migratorio que respeta los derechos humanos de las personas. Según el Censo de 2022, la población migrante se estimó en 461,547 personas, lo que representa un 9% del total de habitantes del país. La mayoría de esta población migrante, un 82%, procede de Nicaragua.

Fascinado por la gracia y la expresión del cuerpo humano, Luisma, como le gusta que le llamen sus amigos, se sumergió desde muy joven en las artes, convirtiéndose en bailarín de danza contemporánea y música urbana. 

Su viaje hacia la autenticidad estaba lejos de terminar. En paralelo al desarrollo de su habilidad por la danza, Luisma conoció el mundo del Drag Queen, que lo cautivaría y lo llevaría a explorar una nueva faceta de sí mismo que desconocía. 

Así nació el personaje de Mocatriz, una mujer dulce, delicada y preocupada por los demás, como él mismo se describe como persona. 

Pero el camino en el mundo drag no ha estado exento de obstáculos. La discriminación y el rechazo por parte de algunas personas han sido parte de su vida. En la calle lo veían de forma extraña e insultaban. Sin embargo, para Luis Manuel, cada crítica era un recordatorio de su fuerza interior y su determinación inquebrantable.

Afortunadamente, no estaba solo en esta lucha. En la comunidad Drag Queen de Costa Rica encontró un lugar seguro. Personas de todos los géneros y nacionalidades lo acogieron como un miembro más. Ahora, el anhelo de Luis Manuel es llevar su arte más allá de las fronteras de Costa Rica y compartir la magia de su personaje con el mundo entero, llevando un mensaje de amor y aceptación. 

Sabe que el camino hacia la realización de su sueño será difícil. En este sentido, aboga por la creación de políticas públicas que protejan a las personas miembros de esta comunidad y salvaguarden su oficio. Pero también insiste en que, a pesar de que existen muchas cosas por mejorar, Costa Rica es un país seguro donde ha podido expresarse libremente. 

La vida de un artista nunca es fácil, y mucho menos la vida de un Drag Queen en una sociedad que aún lucha por aceptar la diversidad en todas sus formas. Sin embargo, con la misma determinación que lo llevó a iniciar una nueva vida lejos de su país de origen, está decidido a perseverar y cumplir sus sueños. 

El testimonio de Luis nos recuerda que sólo a través de la solidaridad mutua crearemos un mundo sin injusticia, donde nadie se quede atrás.